Las
personas que han logrado gran notoriedad pública a consecuencia de sus éxitos
desprenden esencias perfectamente reconocibles. Dichas esencias nos evocan
la podredumbre en unos casos, o fragancias excelsas y límpidas en otros. También,
y en otros términos, estas personas desprenden maneras de hacer y de ser que
pueden identificarse fácilmente con regímenes políticos, algunos totalitarios y otros más democráticos. Unas
afirman lo humano y otras lo niegan. El pueblo como un todo indivisible o el pueblo
para-mí-todo. Pienso en dos figuras antagónicas y geniales que se baten en
duelo. ¿Guardiola o Mourinho? Tan sólo es un espejo. La respuesta que demos será
nuestro propio reflejo, nuestra verdadera esencia.
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